Y ya cadáver, ¿qué será de mi inteligencia,
de mi conciencia,
de mi presencia?
Ya cadáver, ¿dónde albergará mi espíritu
y mi creencia?
¿Dónde quedará mi sonrisa
y mi prisa?
Ya cadáver, volveré a la inocencia de la nada
y a la totalidad de la indiferencia.
Ya cadáver, no tendré razón de ser
ni ojos para ver.
Ya cadáver no tendré tiempo para soñar
ni para cantar
y tampoco para amar.
Y ya cadáver, no tendré más remedio
que olvidarme,
abandonarme y entregarme
a la tierra de la que un día broté.
D.R. © 1990 Teófilo Huerta
Publicado en la revista Universo de El Búho, No. 81, diciembre 2006/enero 2007 (Versión PDF)
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